Mi hijo no quiere regresar a la escuela: ¿Qué puedo hacer?

Nueva mochila, nuevo estuche, nuevo par de tenis, es hora de ir de compras. Si esto es un placer para la mayoría de los niños, para otros, es todo lo contrario, evoca un momento temido, el del regreso a la escuela. Inquietud pasajera o angustia más profunda, ¿cómo tranquilizar a un niño que tiene miedo de ir a la escuela?

 

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¿Cómo ya no tener miedo de ir a la escuela?

Desde una simple inquietud hasta un miedo más arraigado, o incluso, en algunos casos, el desarrollo de una verdadera fobia escolar, el miedo de volver a la escuela varía en intensidad. Para comprender bien el problema, hay que saber reconocer sus síntomas. Si tu hijo se cierra cada vez que hablas del comienzo de las clases, si está triste, estresado, si tiene dificultades para dormir, si discute con sus hermanos y hermanas con más frecuencia de lo habitual, quizá sea porque teme volver a la escuela. En la mayoría de los casos, se trata de una simple inquietud que puede disiparse hablando con su hijo, incitándolo a explicar las razones de su ansiedad y tranquilizándolo.

El miedo a ir a la escuela empieza desde el preescolar.

La entrada apreescolar es un gran momento de la vida escolar de su hijo. ¿Qué niño no derramó una lágrima en esa ocasión? Una reacción muy comprensible para los pequeños que se sumergen en un mundo completamente desconocido. Para un niño, dejar a sus padres se asocia con el temor de no volver a verlos, de ser abandonado.

Para tranquilizarlo, no olvide poner en la mochilla de su bebé su manta, donde podrá encontrar consuelo. Este objeto de transición le ayudará a mantener un vínculo con usted y su pequeño universo. Si su hijo llora al momento de irse, puede confiarle un pequeño objeto personal, un objeto precioso que le confíe hasta que salga de la escuela, ¡el momento tan esperado de su reencuentro!

De la primaria a la secundaria, regresos a clases especiales

Las rutinas de su hijo estaban bien establecidas. Estaba feliz de ir a la escuela y reunirse con su banda de amigos, y ahora, con la entrada a la secundaria, todo cambia. Momentos de transición en la escolaridad de su hijo, estas clases implican un cambio de escuela, una nueva organización, nuevos aprendizajes, saltos de gigante para su hijo. Entrar a un nuevo grado es también cambiar de posición, pasar del estatus de grande en la vieja escuela al de pequeño en la nueva. Es normal estar un poco preocupado por la agitación.

Este año se está poniendo serio, habrá muchos cambios, tendrás más trabajo, tendrás que ir solo a la escuela, estarás con los mayores y tendrás que saber defenderte“…, etc. Algunos padres piensan que si informan bien a sus hijos antes del inicio del curso, la transición será más fácil. No tan seguro. Algunos niños no soportan la presión y pueden sentirse abrumados por metas que creen inalcanzables. ¡Hazlo! confía en tu hijo! Tiene una capacidad de adaptación asombrosa. Trate de limitar los consejos ansiógenos, y reemplácelos con palabras tranquilizadoras y valorizadoras, que contribuirán a reforzar la confianza y la autoestima. Eso le dará ganas de ir a la escuela para descubrir sin miedo todos los cambios que le esperan.

Regreso a clases: no son sólo los niños los que se estresan

A menudo se habla de ¿Qué pasa con la ansiedad de los niños cuando se acerca el año escolar, pero qué pasa con la ansiedad de los padres? Para ellos también, el comienzo de las clases suele ser una fuente de estrés. Así, sin darse cuenta, lo transmiten a sus hijos. Para no estresar a su hijo, trate de estar lo más relajado posible, y encuentre un montón de buenas razones para que le guste el comienzo de las clases.  ¡Todo está bien! ¡Adelante!

Hacer que el año escolar empiece de una manera positiva

¡Qué suerte de poder ir a la escuela! No dude en recordárselo a su hijo. Conéctalo con tus propios recuerdos de clases, cuando tenías su edad. Sólo cuéntenle cosas positivas, anécdotas divertidas, detalles que traigan un poco de encanto al comienzo de las clases. Si su hijo tiene miedos, pónganse a su nivel hablando de las dificultades que ustedes también han tenido y cómo los han superado. Recuérdale, es el día que llegaste a esa nueva escuela en la que no conocías a nadie. Explícale a tu hijo cómo has hecho nuevos amigos. ¡Y esa maestra a la que considerabas severa y que no te gustaba mucho pero que te ha aportado tanto!

Fobia escolar: ¿Cuáles son los síntomas?

La fobia escolar afecta entre el 1% y el 3% de los niños y adolescentes. Se caracteriza por la imposibilidad de ir a la escuela. En ningún caso se trata de un capricho, sino de un verdadero sufrimiento que requiere una atención adecuada. No es que el niño no quiera ir a la la escuela; Es que no puede ir. Si se le fuerza, desarrolla reacciones de ansiedad que se traducen en trastornos emocionales (estrés, angustia, agresividad) y físicos (vómitos, dolor de cabeza, dolor de estómago, diarrea). Todos estos síntomas desaparecen mágicamente durante los fines de semana y las vacaciones. Los niños con fobia escolar tienden a encerrarse en mismos, lo que dificulta la identificación del problema. Es una lástima, porque no puede resolverse por mismo, y cuanto antes lo conozcamos, mejor lo resolveremos.

¿Cuáles son las causas de la fobia escolar?

Las dificultades de integración, el fracaso escolar, la ansiedad por el rendimiento, las amenazas y el acoso, el aburrimiento, los niños con alto potencial, etc, son múltiples las causas del rechazo escolar. Hablando con su hijo, podrá encontrar el origen de su fobia. Tan pronto como se identifique el problema, póngase en contacto con el equipo pedagógico lo antes posible. Le aconsejemos que pida una cita con un psicólogo o un psiquiatra que puede ayudar a su hijo.

 

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