¿Cómo interpretar la violencia de tu hijo?
La agresividad en niños menores de 5 años
Si sientes que tu pequeño salda las cuentas demasiado a menudo golpeando a sus amigos, tal vez llegues a la conclusión de que tu hijo es violento. Es una buena palabra para calificar lo que, en realidad, no es más que un medio de expresión. Basta con ponerte en el lugar de un niño de su edad para entender mejor lo que sucede en la guardería. Cuando tienes tres años y miras el hermoso juguete de tu mejor amigo, y aún no te puedes expresar bien, la mejor solución es darle un buen puñetazo para poder apoderarse del precioso objeto. Desde el punto de vista adulta, usted considera que la actitud es poco diplomática y totalmente condenable. Sin embargo, no indica una inclinación hacia la brutalidad, sino más bien la falta de otro medio de expresión.
Esto no significa que debamos permitir que la guardería se convierta en un ring de boxeo. Hay que evitar que su pequeño lastime a los niños que lo rodean. No hay necesidad de ir más allá. Del mismo modo, los niños pequeños tocan a los adultos para llamar su atención o expresar sus emociones. A veces esto va un poco más lejos; muerden, golpean, empujan a la gente a su alrededor para expresar emociones fuertes. Una vez más, son sólo comportamientos normales, que desaparecen con la adquisición del lenguaje y las habilidades sociales. Este es el momento mágico en el que tu pequeño Conan el Bárbaro se convierte en un diplomático. ¡Un verdadero momento de gracia!
Después de los 5 años: ¿Cómo interpretar la violencia de su hijo?
A partir de los 5 años, su hijo es capaz de razonar y desarrollar sus habilidades de lenguaje. Adquiere la noción de compartir, comienza a saber argumentar y negociar, su violencia se vuelve más verbal que física. Básicamente, él golpea menos, ¡escucha! También puede comprender las consecuencias de sus actos violentos, sentirse culpable, reconocer su responsabilidad e incluso pedir disculpas. ¡Vaya evolución! ¿No es así? En estas condiciones, su agresividad es reflexiva. Es entonces cuando realmente se puede empezar a hablar de “violencia. ”
¿Cómo lidiar con los episodios de violencia de su hijo?
La violencia de su hijo requiere respuestas a corto y largo plazo. Tienes que decirle que debe dejar de hacer gestos violentos, explicándole que te duelen. Nunca responda a la violencia de su hijo con violencia, de lo contrario pensaría que es una forma normal de comunicarse y se sentiría tentado a repetir sus actos violentos. Pregúntale si le gustaría recibir golpes de la gente que lo rodea. Dígale que no está bien, que duele, sin hacer un drama. Es un simple incidente, siga adelante, cambie de tema, ría con él, convierta la experiencia negativa en algo positivo.
La agresividad del niño a veces puede expresarse en forma de una gran rabia: golpea, muerde, tira los juguetes, grita. Sobre todo, no grites, no lo amenaces, no te enfades; Sólo empeoraría las cosas. Al contrario, intente hablarle con calma. El contacto físico puede tener un efecto calmante. Tomarlo en tus brazos, darle un abrazo, o incluso una simple caricia, puede ser suficiente para calmarlo. Si esto no funciona, puede aislar a su pequeño en una habitación y esperar a que se calme. Cuando su enojo se calme, dígale que lo que acaba de hacer no está bien y dígale que el enojo no es la única forma de expresarse. Presente alternativas: verbalizar sus emociones, expresar su voluntad, buscar la ayuda de un adulto, distanciarse de un niño que lo ha molestado, utilizar el humor para resolver sus conflictos, respirar profundamente…
Un trabajo a largo plazo: formalizar la violencia
Al hablar con su hijo sobre sus actos violentos, le ayudará a entender por qué tiene un comportamiento agresivo hacia los demás. Ayúdalo a poner sus emociones en su lugar. ¿Estabas enfadado porque Julien te quitó el patín? ¿Es eso cierto? En vez de gritar, golpear, morder y arañar, puedes decirle que no estás contento con palabras. Sé que puedes hacerlo. Lo lograrás. El estímulo es muy importante para tu hijo. Cuando esté haciendo progresos, anímalo a continuar con sus esfuerzos. Nnunca le digas que es violento, lo que él hace es violento, él no. Este matiz es muy importante para evitar que se convierta en un comportamiento agresivo y se convierta en una verdadera violencia.
¿De dónde viene la violencia de su hijo?
La violencia suele ser un problema interno, un trastorno emocional, una sensación de inseguridad; Es una forma de expresar una carencia, una emoción reprimida. El niño reacciona como una esponja absorbiendo las emociones de las personas que lo rodean. Si su familia está pasando por momentos difíciles: nacimiento, mudanza, separación, divorcio, nuevo cónyuge, nacimiento de una hermanita o un hermanito, dificultades económicas, etc. , todos estos acontecimientos pueden alterar el equilibrio emocional de su hijo.
Hablando con él, ¿le hará poner nombre a su agresividad: ira, miedo, tristeza, culpabilidad? Para ayudarle a expresarse, puede utilizar un medio que le guste especialmente, como el dibujo, el teatro de títeres, etc. También hay muchos libros que tratan de la agresividad de los niños. Puede utilizarlos como soporte para reflexionar con él sobre este tema. Esto le permitirá identificarse con los personajes y las situaciones, y descubrir soluciones para controlar su agresividad. Por último, no se preocupe, si su hijo tiene excesos de violencia, no es culpa suya, el problema está en otra parte y deben descubrirlo juntos.
¿Su hijo es agresivo con frecuencia? ¿Cuáles son sus soluciones para calmar su agresividad?
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